Cuando Camila Lopes salió del jardín de infantes, después de la primera reunión de padres antes del comienzo de este ciclo lectivo, pensó que debía haber mucha gente de vacaciones.
En el aula de la sala de 4 del turno tarde del Jardín de Infantes N°907 Juana Manso, de Lanús, solo había tres madres.
Pero cuando Lola, su hija, efectivamente empezó las clases, quedó en claro que, incluida ella, eran apenas tres chicos.
Ante la baja tan notoria en las inscripciones de alumnos, las docentes y las directivas de esta institución pública de nivel inicial decidieron hacer una especie de campaña en la zona, colocando folletos en clubes y comercios cercanos que promocionaban que todavía estaban abiertas las inscripciones.
Finalmente, lograron reunir seis chicos de cuatro años para la sala roja del turno tarde..